Esposados

Ficha Técnica

Título

Esposados

Director/a

Juan Carlos Fresnadillo

Géneros

Corto, Comedia Negra

Fecha de Estreno

16 noviembre 1996

Duración

0 h 24 min

Actores/Actrices

Anabel Alonso, Pedro Mari Sánchez, Germán Cobos, Mónica Pérez, Ursula Siemens, Juan Francisco Expósito, Arturo Soriano, Tatiana Yourieff, Ricardo Corsetti

Guionista

Jesús Olmo, Juan Carlos Fresnadillo

Productora

Zodiac Films, Juan Carlos Fresnadillo P.C., La Mirada Producciones, Papi Producciones

Sinopsis

Esposados de Juan Carlos Fresnadillo supuso un hito en la historia del cine canario (y español) por ser el primer cortometraje del Estado nominado al Óscar. La hazaña no se repetiría hasta ocho años después, en 2004, con la llegada a la alfombra roja de 7:35 de la mañana, de Nacho Vigalondo. El cortometraje de Fresnadillo es también una suerte de remake del capítulo piloto de Historias para no dormir, llamado El cumpleaños (Narciso Ibáñez, 1966), que a su vez es una adaptación del cuento Pesadilla en amarillo, del escritor estadounidense Fredric Brown. Antonio y Concha, los protagonistas del metraje, interpretados por Pedro Mari Sánchez y Anabel Alonso, forman un matrimonio pesadillesco. Dos placas tectónicas que al entrar en contacto sacuden la tierra. Ella tiene el dinero de un premio de la lotería, y él unas ganas locas por robárselo todo y huir a Brasil. El principal obstáculo de Antonio para cumplir con su plan es que Concha guarda su botín con el mismo celo de un banquero. Si quiere dar el palo, tiene que eliminarla del mapa. Con lo que no cuenta Antonio es con su nuevo vecino, un veterano de la policía a punto de jubilarse. Con 40 premios nacionales e internacionales a sus espaldas, Esposados engancha al espectador aún en su segundo o tercer visionado. Consigue sacarnos carcajadas de estupefacción al combinar, con acierto, el suspense hitchcockiano con el humor negro de películas españolas como El verdugo, de Berlanga (uno de sus referentes). Pero el filme va más allá del puro entretenimiento. Su mimo por el detalle, sus muchos simbolismos y su incursión final en el surrealismo dejan una huella imborrable en la retina y en la historia de nuestro cine.

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